¿Le habían dicho antes lo bien que le va el tono gris que ha tomado su cabello? ¿O lo bien que se ve con sus gafas de sol?
Espero ser la primera en decirle lo bien conservado que está. Sería incomodo preguntarle su edad, así que me conformaré con saber que está en algún punto entre los 30 y los 40.
Espero ser la primera en decirle lo bien conservado que está. Sería incomodo preguntarle su edad, así que me conformaré con saber que está en algún punto entre los 30 y los 40.
Déjeme y le digo que lo tengo en Whatsapp. No es que yo quisiera, es que cuando guardé su número el teléfono solito me invitó a stalkearlo. Y yo tan obediente… me la paso viendo que está disponible, veo también que cambia su foto muy seguido. ¿De casualidad tiene más fotos de esas en que está en el vehículo?. Se le dan muy bien las selfies, con todo y que no soy muy fan de ellas en los hombres. Por cierto, le queda muy bien la barba. Debería dejársela más seguido.
Me siento tan quinceañera por escribir todo esto. Espero que no se sienta acosado. No me gustaría tener que dejar de verlo, mirarlo, observarlo… admirarlo o lo que sea que hago cuando le tengo al frente.
A decir verdad esto no me pasa muy seguido. ¡Lo juro!. En realidad no recuerdo cuándo fue la última vez que me llamó tanto la atención un desconocido. Aunque creo que es en parte porque hoy en día los que son así como usted están escasos. Me iré aún más al extremo y diré que nacen uno por cada cien años. Así que siento pena por mi hija que no tendrá la dicha de conocer a alguien como usted.
También siento pena por mi ya que viviré así como los girasoles: admirando al sol y atada a esta tierra que llamo diferencia. Diferencia de edad, mundos, vidas, pensamientos… percepciones. Porque para mí usted será el hombre interesante, admirable… deseable si se quiere. Pero para usted yo seré la niña o e el mejor de los casos la “jovencita” que de vez en cuando le saca una risa.
Esto lo escribo mientras el demonio sentado en mi hombro sigue viendo su foto en whatsapp y escribe y borra mil saludos. No encontrando una buena excusa para robar su atención. Así que mientras, el ángel que está sentado al otro lado me dice que me limite a escribirle esto.
Confieso que he pensado incluso en aprovecharme de eso que dijo de que le contactara si algo iba mal. Creo que debería ponerle un mensaje diciendo:
“Hola, soy la de otro día. ¿Se acuerda de mi?. Le escribo porque algo esta mal. Muy mal a decir verdad”
Luego, cuando usted respondiera preguntando qué es lo que está mal, le diría:
“Usted esta mal. Usted y su voz tan agradable, su mirada tan intensa y ese color tan perfecto. No soporto lo bien que llena los bluyins ni cómo los combina con camisas finas ni lo bien que le ajusta el polo”
¿Se ha sentido así alguna vez? ¿Ha conocido a alguien capaz de perturbarle la tranquilidad y hacerlo desear tener su atención?
Siendo sincera sé que no soy su tipo. Pero como bien dicen “soñar no cuesta nada” y menos si dichos sueños tiene como objeto principal alguien a quien estate viendo durante los próximos meses.
Sé que las personas como usted van por la vida buscando o ya habiendo encontrado a alguien que esté a su nivel. Y de no ser así siempre tienen la opción de elegir entre muchas que son así como usted también; tipas inteligentes, profesionales, de buena familia en muchos casos; con trabajos bien reconocidos, vehículos último modelo, apartamentos en el centro de la ciudad y visa a cientos de países.
Seguramente usted ya tiene un ejemplar de esos en su vida. Uno o dos, quien sabe. Pero adivine qué… ella o ellas no le escribieron esto. Yo Sí. Creo que eso me da puntos ¿no? o al menos lo desconcierta un poco.
Disculpe que le hago perder su tiempo con éste listín y que lo hago a dejar lo que hacía para ponerlo a leer el blog de una escuincla.
Pase buenas y disculpe. Nos vemos la próxima semana.
Me siento tan quinceañera por escribir todo esto. Espero que no se sienta acosado. No me gustaría tener que dejar de verlo, mirarlo, observarlo… admirarlo o lo que sea que hago cuando le tengo al frente.
A decir verdad esto no me pasa muy seguido. ¡Lo juro!. En realidad no recuerdo cuándo fue la última vez que me llamó tanto la atención un desconocido. Aunque creo que es en parte porque hoy en día los que son así como usted están escasos. Me iré aún más al extremo y diré que nacen uno por cada cien años. Así que siento pena por mi hija que no tendrá la dicha de conocer a alguien como usted.
También siento pena por mi ya que viviré así como los girasoles: admirando al sol y atada a esta tierra que llamo diferencia. Diferencia de edad, mundos, vidas, pensamientos… percepciones. Porque para mí usted será el hombre interesante, admirable… deseable si se quiere. Pero para usted yo seré la niña o e el mejor de los casos la “jovencita” que de vez en cuando le saca una risa.
Esto lo escribo mientras el demonio sentado en mi hombro sigue viendo su foto en whatsapp y escribe y borra mil saludos. No encontrando una buena excusa para robar su atención. Así que mientras, el ángel que está sentado al otro lado me dice que me limite a escribirle esto.
Confieso que he pensado incluso en aprovecharme de eso que dijo de que le contactara si algo iba mal. Creo que debería ponerle un mensaje diciendo:
“Hola, soy la de otro día. ¿Se acuerda de mi?. Le escribo porque algo esta mal. Muy mal a decir verdad”
Luego, cuando usted respondiera preguntando qué es lo que está mal, le diría:
“Usted esta mal. Usted y su voz tan agradable, su mirada tan intensa y ese color tan perfecto. No soporto lo bien que llena los bluyins ni cómo los combina con camisas finas ni lo bien que le ajusta el polo”
¿Se ha sentido así alguna vez? ¿Ha conocido a alguien capaz de perturbarle la tranquilidad y hacerlo desear tener su atención?
Siendo sincera sé que no soy su tipo. Pero como bien dicen “soñar no cuesta nada” y menos si dichos sueños tiene como objeto principal alguien a quien estate viendo durante los próximos meses.
Sé que las personas como usted van por la vida buscando o ya habiendo encontrado a alguien que esté a su nivel. Y de no ser así siempre tienen la opción de elegir entre muchas que son así como usted también; tipas inteligentes, profesionales, de buena familia en muchos casos; con trabajos bien reconocidos, vehículos último modelo, apartamentos en el centro de la ciudad y visa a cientos de países.
Seguramente usted ya tiene un ejemplar de esos en su vida. Uno o dos, quien sabe. Pero adivine qué… ella o ellas no le escribieron esto. Yo Sí. Creo que eso me da puntos ¿no? o al menos lo desconcierta un poco.
Disculpe que le hago perder su tiempo con éste listín y que lo hago a dejar lo que hacía para ponerlo a leer el blog de una escuincla.
Pase buenas y disculpe. Nos vemos la próxima semana.