Él la llevaba de la mano, caminaban lento y al compás mirando la noche. Habían pasado un buen rato juntos; cenaron, rieron, bailaron, hablaron muchísimo y ya era hora de ir a sus casas.
Él tenía ganas de expresar lo que sentía, quería decirle esa palabra que marca un antes y un después en las relaciones.
Se moría de nervios, tanto que hasta iba perdiendo el hilo de la conversación.
Ella lo mira confusa y pregunta si todo está bien. Él con voz suave responde que sí y toma su mano entre las suyas.
Luego de un rato de silencio la mira a los ojos y acercándose a ella con los ojos brillantes, besa su frente y estando abrazado a ella dice en el tono más dulce "Te Amo".
Una vez más pasa un rato de silencio, solo se escuchaba el respirar de ambos y el sonido de la noche. Ya empezaba a tornarse incómoda la situación y ella se aleja de él y poniendo las manos en sus mejillas le dice: "Gracias" mientras dibuja una sonrisa tímida y sus manos comienza a temblar.
Él inmediatamente se aleja de ella y con cara confusa y voz entrecortada dice:
-¿"Gracias"? Digo que te amo y tú dices "Gracias". ¿Qué se supone que diga ahora? ¿"De nada"?
Ella confusa lo mira y haciendo ademanes intenta entender el porqué de su reacción. Y luego de otro silencio le dice:
-¿En qué momento los "te amo" se convirtieron en la palabra oficial para expresar lo que se siente? ¿Por qué de repente cinco letras miden lo que uno siente?
-Y tú ¿Por qué dijiste "Gracias" como qué decirte lo qué siento es un favor o un acto de cortesía?
-Dejémonos de popularismos y modas vacías. Eso del "te amo" ha sido tan adulterado que da terror y hasta pereza decirlo. Prefiero resumir todo en un simple "Gracias".
Gracias por estar y dejarme estar; por ser y dejarme ser.
Gracias por tus palabras y silencios; por saber ignorar en el momento adecuado.
Gracias por sentir y hacerte sentir; Gracias por todo lo que das y me haces querer dar.
Gracias por estar aquí conmigo. Por mostrarme que se puede amar en este mundo de odio.
Gracias por hacer que te ame cada día más. Gracias por demostrar que también me amas.
Gracias. Sólo gracias. Porque contigo aprendí que amar es agradecer cada día el que estés aquí.
Gracias.
La miro con los ojos más iluminados que antes y besando su cabello dijo:
"Gracias"
Se moría de nervios, tanto que hasta iba perdiendo el hilo de la conversación.
Ella lo mira confusa y pregunta si todo está bien. Él con voz suave responde que sí y toma su mano entre las suyas.
Luego de un rato de silencio la mira a los ojos y acercándose a ella con los ojos brillantes, besa su frente y estando abrazado a ella dice en el tono más dulce "Te Amo".
Una vez más pasa un rato de silencio, solo se escuchaba el respirar de ambos y el sonido de la noche. Ya empezaba a tornarse incómoda la situación y ella se aleja de él y poniendo las manos en sus mejillas le dice: "Gracias" mientras dibuja una sonrisa tímida y sus manos comienza a temblar.
Él inmediatamente se aleja de ella y con cara confusa y voz entrecortada dice:
-¿"Gracias"? Digo que te amo y tú dices "Gracias". ¿Qué se supone que diga ahora? ¿"De nada"?
Ella confusa lo mira y haciendo ademanes intenta entender el porqué de su reacción. Y luego de otro silencio le dice:
-¿En qué momento los "te amo" se convirtieron en la palabra oficial para expresar lo que se siente? ¿Por qué de repente cinco letras miden lo que uno siente?
-Y tú ¿Por qué dijiste "Gracias" como qué decirte lo qué siento es un favor o un acto de cortesía?
-Dejémonos de popularismos y modas vacías. Eso del "te amo" ha sido tan adulterado que da terror y hasta pereza decirlo. Prefiero resumir todo en un simple "Gracias".
Gracias por estar y dejarme estar; por ser y dejarme ser.
Gracias por tus palabras y silencios; por saber ignorar en el momento adecuado.
Gracias por sentir y hacerte sentir; Gracias por todo lo que das y me haces querer dar.
Gracias por estar aquí conmigo. Por mostrarme que se puede amar en este mundo de odio.
Gracias por hacer que te ame cada día más. Gracias por demostrar que también me amas.
Gracias. Sólo gracias. Porque contigo aprendí que amar es agradecer cada día el que estés aquí.
Gracias.
La miro con los ojos más iluminados que antes y besando su cabello dijo:
"Gracias"